domingo, 31 de agosto de 2014

Reflexiones en torno al anarquismo… Francisco Solar desde la cárcel de Villabona, Asturies.

He estado dándole vueltas al tema de la coherencia y consistencia del anarquismo, a determinar qué es en definitiva lo que nos motiva a declararnos anarquistas y no otra cosa, qué es lo que nos lleva a vivir una vida donde uno de los temas más recurrentes son la policía, los seguimientos y la prisión, temas que evidentemente no gustan a nadie pero que siempre están porque marcan nuestra cotidianeidad. Pienso que el antiautoritarismo es central en este sentido, es lo que junto con el intento de libertad nos diferencia políticamente con las otras corrientes políticas y también dentro del propio anarquismo. Y es que el antiautoritarismo implica un quiebre con todo lo establecido y con las ideas que son su sustento, entre las que se encuentra el paradigma “judeo cristiano” de progreso que se encuentra enquistado en la mayor parte del pensamiento occidental, ya sean revolucionario o no.

Entonces ¿es necesario quebrar con la tradición de pensamiento judeo cristiano? Evidentemente. Si el anarquismo pretende romper con lo establecido no puede ser parte de la reproducción de uno de los pilares de la opresión: el pensamiento sagrado. Es cierto que gran parte de la corriente ácrata postula que gracias a la revolución social se logrará un estado de completa armonía, que por la ciencia se llegará a la plenitud. Esto lo encontramos en la mayor parte de la literatura anarquista del siglo XIX y principios del XX la cual estaba imbuida por la ilustración y su consecuente enaltecimiento de la razón. Por lo tanto, el pensamiento sagrado se mantiene, no se cuestiona, por lo que no se genera una ruptura real con lo impuesto. El anarquismo se torna sagrado de la misma forma que lo es el cristianismo.

Sin embargo hay posturas que no siguen tal juego como lo son los planteamientos de Bakunin y Stirner. El primero, al señalar que toda destrucción es a la vez creación, se aparta del pensamiento ilustrado abriéndonos nuevas puertas. La destrucción y la creación serían inseparables, no constituirían fases separadas, si no que el acabar con lo existente abrirá un amplio abanico de posibilidades marcadas por la revuelta constante. Por su parte, Stirner afirma claramente: “no se suprime lo sagrado con tanta facilidad como parecen creerlo muchos que todavía rechazan esta palabra impropia. Que ese “algo sagrado” sea, por otra parte, tan humano como se quiera, que sea lo humano mismo no quita nada de su carácter, como mucho se convierte ese sagrado supraterrenal en un sagrado terrenal. De divino a humano”. (Stirner: 2007. P44).

La ilustración remplaza ese objeto sagrado: el Estado, resultado y expresión de la razón, toma el lugar de dios adquiriendo sus mismas características, lo que le asegura un dominio absoluto. Este “traspaso de poderes” refleja la continuidad de una determinada estructura de pensamiento que se manifiesta en gran parte de los movimientos revolucionarios de occidente. Se reproduce el paradigma de la opresión. En este sentido, se hace indispensable generar una fractura con “lo sagrado” en cualquiera de sus formas, ya sea ciencia o doctrina política. De esta manera el cuestionamiento de nosotrxs mismxs y nuestro entorno intenta eliminar cada expresión sagrada de nuestras relaciones que, en definitiva, es la manifestación de la autoridad. Somos iconoclastas. Por lo tanto, pienso que en esta búsqueda debemos ser consecuentes; no somos los salvadores de nada ni de nadie, si nos enfrentamos al poder es porque lo queremos eliminar de nuestras vidas y no porque esperamos que de sus ruinas surja un paraíso. Lo nuestro es la negación completa de lo establecido y lo que eso pueda deparar es un enigma. Eso es lo nos motiva.


Verano del 2.014.



LIBRO: Sociedades secretas contra el estado

Contrainfo ha publicado recientemente el libelo Sociedades Secretas contra el Estado, que contiene la traducción de un texto extraído del blog“Moment of insurrection”. Dicho texto explora el rastro histórico en las últimas épocas de la Sociedad secreta como ente conspirador y anti-Estatal, como aparato informal de lucha, negación y ataque. Habla de los antiguos grupos de bandidos que surgían en las tabernas y los clubs y de las tribus rebeladas contra sus colonizadorxs, de las partisanas antifascistas durante la 2ª G. M. y los grupos armados anarquistas de ayer y hoy, pasando por los grupos de auto-defensa queer organizadxs informalmente en la sociedad estadounidense contemporánea y los movimientos que entre el surrealismo y la anarquía trataron de reventar el mundo del aburrimiento y la no-vida. Desde los bandidos y los aquelarres hasta el Bloque Negro, cobra vida una trayectoria fantasmal de secretismo y violencia política que es cuanto menos interesante descubrir.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Inconsistencias del POT en Medellín, una ciudad con dos caras desiguales


El pasado 9 de julio fue presentado al Concejo de Medellín el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad, el cual promueve el desarrollo urbano desde una perspectiva de progreso arquitectónico que, constantemente, se olvida de integrar la realidad social que existe en el territorio.

Ante esto, el Concejo se ha preocupado en agregar que dicho POT no busca una ciudad viable, ya que no tiene en cuenta parámetros fundamentales como la inclusión social desde el mejoramiento de las comunidades, sino desde la construcción de estructuras y megaproyectos que no solventan las necesidades de los sectores más pobres y vulnerables. Todo esto no solo evidencia una dificultad para concretar lo que significa el desarrollo urbano en cuanto a la calidad de vida de todos los grupos humanos que hacen parte de un territorio, sino un modus operandi de la inversión social focalizada en un despliegue estético que está aumentando, considerablemente, la desigualdad en la ciudad.

El Consejo Territorial de Planeación (CTP), encargado dar su concepto sobre la propuesta, ha omitido alguna información frente a la participación real de la población en la construcción y aceptación del POT, lo que supone, desde ya, un vacío de fondo y de forma, pues el mismo plan se sustenta en argumentos como “(El POT busca) una ciudad segura, innovadora, e incluyente, para hacer del presente y el futuro de Medellín, un territorio para la vida. Este proyecto de futuro es una visión de largo plazo, estratégica, participativa y consensuada y con liderazgo compartido de diversos sectores de la sociedad. No es un plan que define el estado, sino un esfuerzo político y técnico de toda la sociedad, pensando de manera colectiva qué va hacer con su ciudad”, palabras que, a todas vistas, son una circunstancia meramente formal y no un objetivo dentro de la planeación de Medellín.

Si este plan de desarrollo urbano es solo un instrumento que busca garantizar el ordenamiento del territorio físico, municipal, de acuerdo a estrategias, programas y políticas de orden público, vale la pena preguntar, y preguntarse, el porqué falta socialización, pertinencia y claridad con los ciudadanos frente a lo que es la ciudad desde una perspectiva administrativa y social. Sin mencionar las continuas e importantes confrontaciones de varias comunidades con este modelo urbanístico ambivalente y, sospechosamente, discreto en el que, según sus componentes, debe haber un elemento urbano y un elemento rural, independientes y autónomos, que permitan la  interacción constante entre el casco urbano y los asentamientos rurales, circunstancia que, por demás, es una de las grandes falencias del POT.

El Área Metropolitana y Corantioquia, han manifestado la urgencia de contratar un estudio aparte del POT en el que pueda retomarse su construcción como parte de la ciudadanía y, en este sentido, rectificar errores de fondo, sin embargo, esto tardaría mucho más tiempo del estipulado por la administración para que el Concejo de Medellín apruebe o desapruebe dicho plan. Cabe, entonces, preguntar aquí ¿quiénes y cómo se están pensando la ciudad? Y para quiénes y cómo se está construyendo o destruyendo.

En la ciudad son pocos los habitantes que saben y conocen el POT, por ello, cada vez es más apremiante que este proyecto de ciudad cumpla con el acuerdo de integrar a la ciudadanía en las decisiones que están transformando a Medellín y, al mismo tiempo, imponiendo un modelo de desarrollo urbano desigual e interesado.




martes, 26 de agosto de 2014

Continúa pelea contra el túnel de Oriente

Túnel pone en riesgo el agua

Sostenemos que construir esa obra es una grave irresponsabilidad, por razones de fondo.
La calificación no va para cualquier túnel, sino para este, que pasa por debajo de una zona densamente poblada, con más de 13.000 habitantes, de donde proviene también el agua para muchos acueductos que atienden a otros miles de usuarios como los cercanos al aeropuerto José María Córdova de Rionegro, cruzando unas rocas fuertemente resquebrajadas y el túnel operará como drenaje.
Esto hará que el nivel freático baje y muchos manantiales desaparezcan o disminuyan.
Todo ese fenómeno es reconocido y mencionado decenas de veces en los estudios de impacto ambiental y en el propio texto de la Resolución de Cornare 112-0874 de 2014, que autoriza el reinicio de obras.
Pero, irresponsablemente, sus efectos son calificados como despreciables.
¿Se podrá poner en riesgo el abastecimiento de agua para consumo humano? ¿Dónde queda el principio de precaución que prima en la ley?
Y con esas infiltraciones “despreciables”, Cornare, en el parágrafo 1 del Artículo tercero, de la resolución, procede a
“otorgar una concesión de aguas subterráneas para el aprovechamiento de caudales de infiltración determinados en el estudio hidrogeológico equivalentes a un total de 20 L/s”. Lo concesionado son 20 litros por segundo. Pero ¿cuánto será el volumen total?
Así mismo, tratando de enmascarar la violación a las restricciones legales de las Reservas Naturales como la Forestal Protectora Río Nare, afirman que como es una obra subterránea, no afectará las coberturas vegetales.
Pero el abatimiento del nivel freático hará que las raíces de las plantas no alcancen a tomar el agua que necesitan.
Por lo tanto se secarán, y progresivamente el bosque será más parecido a un desierto.




sábado, 23 de agosto de 2014

23 de agosto: Sacco y Vanzetti, memoria de la resistencia

Se cumple un nuevo aniversario de la ejecución de  Sacco y Vanzetti. Un crimen de Estado perpetrado para disciplinar a los insumisos contra el sistema del capital mercancía. 

“Comprendí que el hombre nunca es demasiado modesto respecto de sí mismo, y  que existe una pizca de sabiduría en la tolerancia. Quise un techo para cada familia, un pan para cada boca, una educación para cada corazón, la luz para toda inteligencia.” Estas palabras corresponden a una de las últimas cartas escritas desde la prisión por Bartolomeo Vanzetti, protagonista involuntario junto a su amigo y compañero Nicolás Sacco, de uno de los más oprobiosos procesos judiciales del siglo XX.

En efecto, durante la década del ´20 Estados Unidos de Norteamérica, fue escenario de una persecución sistemática a los militantes obreros, por sobre todo inmigrantes y mucho más los de tendencia anarquista.

Sacco y Vanzetti, fueron apresados por la policía en 1920, acusados de cometer un asalto seguido de muerte. Hecho que las fuerzas estatales no pudieron esclarecer jamás y que atribuyeron a los dos trabajadores ácratas. 

Un largo y vergonzoso proceso judicial fue llevado adelante por funcionarios  venales, que solo buscaban inculpar a dos luchadores sociales que se oponían a la explotación, al crimen de las guerras.

Bartolomeo Vanzetti, había nacido en Villafalletto, al norte de Italia y emigró en busca de mejores perspectivas laborales, recorrió Estados Unidos realizando múltiples tareas, participó activamente de la organización del movimiento obrero de ese país, vinculado a la IWW. Luego de la huelga de las acerías en Pittsburg, se convirtió en vendedor ambulante de anguilas. Nicolás Sacco, era de la zona meridional de Italia (la Puglia) y trabajaba en una fábrica de zapatos, rehusó participar en la Primera Guerra Mundial, haciendo campaña contra la barbarie belicista.

El 23 de agosto de 1927, los dos obreros anarquistas fueron ejecutados en la silla eléctrica, a pesar de las masivas marchas que en todo el mundo pidieron por su vida y su libertad durante siete años.

Aquellas palabras de Vanzetti en su última carta aun resuenan y continuamos bregando porque cada boca tenga su pan, cada familia un techo y cada inteligencia la luz de la razón.

Sacco y Vanzetti siguen siendo símbolos de resistencia y ejemplo de lucha, solidaridad humana y dignidad.

jueves, 21 de agosto de 2014

Víctimas y víctimas.

El otro día, pasando por fuera del local de una organización de caridad acá en Dublín, ví un cartel que decía “Nuestra organización seguirá apoyando a las víctimas de Israel y de Palestina en el actual conflicto”. Comparto la opinión de quienes dicen que toda pérdida de vida humana es lamentable: pero equiparar la tragedia de dos mil civiles palestinos masacrados con uno ó dos civiles israelíes muertos en una guerra asimétrica declarada por Israel sin ningún asidero en el derecho internacional, me parece un abuso indignante. Equiparar las víctimas de una nación desarraigada, bloqueada, despojada, empobrecida, con un par de ciudadanos respaldados por uno de los Ejércitos más modernos del mundo y cuyas familias se beneficiarán de todo el apoyo psicológico, económico y social del Estado de Israel, me parece francamente obsceno. Es deshonesto, sino estúpido, pero constituye la narrativa con la cual EEUU justifica los crímenes de lesa humanidad de su alfil en el Medio Oriente. Porque cuando se trata de un conflicto donde las partes son tan desiguales, tratar de igualarlas en el discurso es un recurso para dar mayor preponderancia a las minorías poderosas.

Una situación parecida es la que tenemos con la manera en que se está abordando el tema de víctimas que comienza a ser discutido en las negociaciones de La Habana. La delegación de víctimas que llegó a La Habana[1], “muy plural que representaba varios hechos victimizantes, varias regiones, varios estratos sociales y víctimas de varios victimarios”, en palabras del representante de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild[2], refleja ese desequilibrio. Representando a todas las víctimas por igual, se pierde toda noción de representatividad en el conflicto colombiano, en el cual la inmensa mayoría de las víctimas son pobres y han sido victimizadas por agentes estatales o paraestatales. Se sigue así invisibilizando a la inmensa mayoría de las víctimas de esa violencia masiva que han sufrido los pobres, fundamentalmente en el campo, por parte del Estado con el propósito de aplastar la rebelión. Con el discurso de los “victimarios” se dejan de lado las responsabilidades políticas e históricas, así como la escala de las violencias respectivas. Se nos dirá que es muy difícil mantener el equilibrio en estos casos: pero ahí está la raíz del problema, y es que tal equilibrio entre victimarios y violencias no existe. En el intento de crearlo artificialmente se desfigura la realidad. Aún el mismo término “víctima” es utilizado de manera bastante elástica en la narrativa oficial. Desde los medios se machaca que todos somos víctimas, aunque claro, algunos somos más víctimas que otros. El Estado es una víctima, en opinión de Álvaro Uribe, quien dice esto sin sonrojarse, parodiando a Turbay Ayala cuando decía que él era el único prisionero político en Colombia. El tema de víctimas da para todo y aunque sé que se trata de un tema espinoso y sensible, creo necesario discutir en torno a algunos problemas que obscurecen la real naturaleza del debate.

¿Qué entendemos por víctima?
Uno de los primeros problemas es la falta de definición en torno a qué nos referimos con víctimas: ¿víctimas de violaciones al derecho internacional humanitario o a las violaciones de derechos humanos? Hay una tendencia a confundir de manera deliberada el DIH con los DDHH, tendencia que ha ido de la mano con una tentativa de “privatizar” los DDHH e ignorar que es responsabilidad suprema del Estado garantizarlos en función de su legitimidad ante la sociedad. Incluso, los DDHH se han convertido en un ejercicio de relaciones públicas a la vez que en arma de guerra: las oficinas de DDHH del Ejército están ligadas a Operaciones Psicológicas. DIH y DDHH no son lo mismo y su confusión no ayuda a esclarecer lo que está en juego. Una son las infracciones de los actores en conflicto en el contexto de la confrontación armada[3]. Las violaciones a los derechos humanos son aquellas perpetradas por el Estado o por su inacción, por agentes del Estado o por personas aliadas a él (ej. paramilitares), que van directamente en contra de las provisiones estipuladas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lo particularmente grave de este último tipo de violaciones, es que no solamente victimizan la persona, sino que degradan las nociones más esenciales que se tienen del ser humano en la modernidad, así como también degradan el concepto de ciudadano en que se fundamenta el Estado Moderno, que aunque se pueda argumentar que es una ficción, representa una obligación para quienes ejercen el poder en la actual sociedad. Las violaciones a los derechos humanos, insistimos, son hechas por el Estado y al decretar a sectores de la sociedad como no-ciudadanos, preliminar a su equiparación con no-humanos, abre las puertas al derecho a la rebelión consagrado en el preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos. En esta perspectiva, el surgimiento de los movimientos guerrilleros se ve en una luz completamente diferente.

Otro problema es la perspectiva temporal corta en que se asienta todo el debate en torno a las víctimas. Se da por sentado que el conflicto armado que hoy se vive en Colombia se inició con el surgimiento de los movimientos guerrilleros FARC-EP y el ELN entre 1964-1966. A lo sumo, como se hace en el informe “Basta Ya” del Centro Nacional de Memoria Histórica, se comienza con el Frente Nacional en 1958. El problema con esta historia “corta” es que no da cuenta del momento en que el escenario para la actual violencia fue sentado desde la década de los ’30, surgiendo una violencia nítida, con una continuidad hasta el presente desde 1946. Cuando los guerrilleros en La Habana se declararon víctimas del conflicto, despertaron airadas reacciones por parte de los gurús del establecimiento y de sus obsecuentes propagandistas en los medios. Sin embargo, si adoptamos la historia larga y una comprensión cabal de los DDHH, podremos comprender cómo los campesinos perseguidos en el período conocido como la Violencia (1946-1958) terminaron alzados en armas en rebelión contra un Estado que cuando no los masacró y violó, observó impávido como las milicias privadas de los terratenientes lo hacían. Todo esto tiene lógicamente que ver con el problema de la memoria y de la verdad histórica, que también son temas que tendrán que abordarse en el marco de las negociaciones.   
El otro problema es que la misma definición de víctimas también deja de lado algunos elementos más complicados para asir la naturaleza de esta guerra degradada, difusa, a veces difícil de definir: ¿qué pasa con los exiliados? ¿qué pasa con los presos políticos y de guerra víctimas de atroces torturas y de privaciones de agua, medicamento, alimentos, útiles de aseo, etc.? ¿una persona que ha sido victimizada por agentes del Estado o paramilitares pierde su condición de víctima si toma las armas y se alzan en rebelión? ¿qué pasa con las víctimas de la limpieza social, esos nadie que viviendo en los márgenes de la sociedad no tienen organizaciones que les representen? ¿qué pasa con los que han sido víctimas de un modelo de desarrollo impuesto a sangre y fuego por las multinacionales? ¿por qué no son las multinacionales, de hecho, consideradas como un actor del conflicto armado pese a su abierta complicidad con agentes del Estado y con bandas paramilitares? ¿es la naturaleza una víctima del conflicto, independientemente de su centralidad para sostener a la humanidad como una entidad viable? ¿qué pasa con las personas que sin haber sufrido de la violencia física directamente sufren de la violencia estructural, de la exclusión, marginación y violencia de la sociedad impuesta mediante la guerra, como el caso de los niños hambreados en la Guajira y en toda Colombia? Son preguntas nada fáciles y que algunas organizaciones se están atreviendo a plantear.

La víctima despolitizada y pasiva
Hay una tendencia a despolitizar al concepto de víctimas, tendencia en la que han caído aún algunos sectores tradicionalmente vinculados a la izquierda. Se puede afirmar que “no permitiremos que enfrenten a las víctimas”, como si todos fueran la misma cosa, pero ese nunca ha sido el problema de fondo. Esta manera indiferenciada de abordar la problemática de las víctimas refuerza un discurso desmovilizador y apolítico que ha calado hondo en sectores de los defensores de DDHH (¡Cuánta falta hace el doctor Eduardo Umaña!). Denunciar los “manejos políticos” ante el tema de las víctimas es un sin sentido, precisamente, porque las víctimas están inscritas en un conflicto esencialmente político.

El problema de fondo es que el debate en torno a las víctimas (quién, cómo y en qué sentido es una víctima) es un debate que nos enfrenta con la naturaleza misma del conflicto social y armado en Colombia, con esa violencia que permea diferencialmente al conjunto de la sociedad, violencia que es ante todo y por sobre todas las cosas, una violencia de carácter político. Explorar el problema de las víctimas desde una perspectiva aséptica, acrítica, como si fuera una categoría que engloba a todos por igual es insostenible. No puede darse el debate de las víctimas dejando de lado aspectos claves de contexto ni de la intencionalidad de quienes han perpetrado los actos de violencia. No todas las violencias son iguales. Este es un principio clave del proyecto “Nunca Más”, en el que participaron las más importantes organizaciones de DDHH del país, el cual expresa sin ambigüedades:

Desde hace varios años (…) nos hemos visto sometidas a extremas presiones, por parte de fuerzas sociales, nacionales e internacionales, para que nuestras denuncias y acciones humanitarias se sitúen en ‘posiciones neutrales’, que no recarguen las censuras sobre ninguna de las partes en conflicto, y para que nuestro trabajo se rija por parámetros de ‘equilibrio’ que lleve a estigmatizar ‘por igual’ y a ‘equiparar’ las diversas violencias que afectan a la sociedad colombiana. Se nos ha presentado como principio rector que debe orientar nuestro trabajo, el de ‘Condenar toda violencia, venga de donde viniere’. Muchas veces nos hemos preguntado si tal tipo de neutralidad es éticamente sustentable.

Creemos que ningún tipo de discernimiento ético puede dispensarnos (…) de tener en cuenta (…) los móviles y estrategias globales que comprometen a los diversos actores enfrentados. Imperativos éticos (…) nos llevan a censurar con mayor fuerza a quienes se sirven de la violencia represiva para defender violencias estructurales e injusticias institucionales que favorecen a capas privilegiadas de la sociedad, mientras victimizan, exterminan o destrozan a las capas sociales más pobres y vulnerables, sometidas a siglos de despojo e injusticia.

(…) No es posible ser neutral cuando se es consciente de que un polo de la violencia es mucho más dañino para el conjunto de la sociedad, o acumula en sí mismo mayores perversidades, o representa la oclusión institucional de los caminos que podrían conducir a una sociedad más justa, o acumula en su haber mayor violencia contra los débiles.[4]
Qué pena, y digo esto con todo el respeto del mundo: no es lo mismo el caso de Bojayá, donde el cilindro-bomba –lanzado por lo demás de manera irresponsable- fue desviado pero no hubo la intención explícita de asesinar personas, con las incontables masacres del paramilitarismo que fueron hechas con intención y alevosía. Por censurable que sea, no es lo mismo el secuestro de un parapolítico corrupto, que la desaparición de un campesino que organizó a su comunidad para tratar colectivamente de superar los efectos más apremiantes de la pobreza. Jamás podré estar de acuerdo con quienes traten de equiparar situaciones tan complejas y diferentes, equiparamiento que sirve para encubrir la naturaleza políticamente motivada de la violencia que azota a Colombia.

Una opción ética, popular y libertaria ante el tema de víctimas
Si hay una cosa en la que estoy de acuerdo con los uribistas es que no todas las víctimas son iguales: esto es tan cierto para Colombia como lo es en Palestina. Creo que afirmar lo contrario es una necedad que no tiene nada que ver ni con el acto humano de la empatía ni de la reconciliación. Cualquiera que haya visto la televisión colombiana se da cuenta de esto que los uribistas insisten hasta el cansancio: algunas “víctimas” –las menos y las que tienen una posición económica privilegiada- reciben atención en horarios estelares mientras otras son vilipendiadas, ignoradas o despreciadas con la terrible sentencia “por algo habrá sido”. El tema de las víctimas reproduce la exclusión y marginalización de una sociedad polarizada en clases que parecen más bien castas. Esto lo expresa mucho mejor un artículo del mordaz Camilo de los Milagros:

Durante décadas se ha construido una narrativa de la confrontación en Colombia a la medida de las élites: malos muy malos contra buenos impecables. Ciertas víctimas gozan desde entonces un protagonismo claramente interesado en desprestigiar al malo de oficio, al demonio causante de todas las desgracias del país. ¿Pero qué tan nocivo ha sido ese demonio? ¿Por qué en lugar de uno o dos testimonios desgarradores y amarillistas, no se valora de conjunto la catástrofe humanitaria donde ambos bandos han cometido atrocidades? ¿Por qué no se esclarecen las responsabilidades completas?

(…) Las comparaciones son odiosas, pero necesarias. Ninguna comparación tan odiosa como ésta de poner muertos en los dos extremos de la balanza. Con horror se constata que el 70% de los crímenes cometidos en el marco del conflicto armado son atribuidos al Estado o sus agentes paralelos, mientras ni siquiera el 20% corresponde a los grupos subversivos. Es una desproporción aterradora que no se corresponde para nada con la narrativa oficial. Las cifras corresponden a mediciones de las Naciones Unidas, a los datos del CINEP e incluso a la Comisión de Memoria Histórica que financia el mismo gobierno nacional. No es retórica mamerta, no es complicidad con el terrorismo, no es un intento por desviar la atención sobre los crímenes de la insurgencia. Es la constatación de cómo usando un magnífico encantamiento televisivo uno de los bandos va a salir limpio. El que más dolor ha causado.[5]
Ante el debate de las víctimas uno tampoco puede ser neutral. Si tengo que estar con alguien, estoy con aquellos que han sido víctimas de los que han querido mantener una de las sociedades más desiguales del planeta a sangre y fuego. Estoy al lado de aquellos que trataron de aniquilar -hasta la semilla- visiones alternativas de sociedad. Estoy con los que han sido víctimas de quienes se han enriquecido despojando a los que menos tienen. Estoy del lado de quienes se han resistido a los designios de quienes, a fin de conservar sus nefastos privilegios, serían capaces de hacer arder a toda Colombia. Estoy del lado de quienes no se les ha permitido ni siquiera llorar a sus muertos por miedo al castigo de un Estado que celebra el espectáculo aleccionador de la sangre chorreando de cabezas decapitadas. Estoy del lado de quienes no se les ha permitido siquiera decir que son víctimas, porque las víctimas del Estado, supuestamente, no existen. Estoy del lado de quienes nunca han tenido ni la televisión ni la prensa de su lado, aunque me lluevan rayos y centellas. Como se ve, el tema de víctimas es otro campo de batalla más en esta confrontación fundamentalmente política.



miércoles, 20 de agosto de 2014

Evento en memoria de las víctimas del conflicto armado y de Hidroituango

Entre los días 1, 2, 3 y 4 agosto se realizaron diferentes actividades en los municipios de San Andrés de Cuerquia, Toledo e Ituango en memoria de las miles de victimas del conflicto armado de la zona, que hoy están siendo re-victimizadas por el mega-proyecto Hidroituango.  Las victimas de las represas agrupadas en el Movimiento Ríos Vivos Antiquia realizaron un mural en el municipio de Ituango, en la entrada principal al casco urbano. Inauguraron la Casa de La Memoria de las víctimas del Cañón del Río Cauca en la playa La Arenera jurisdicción del Municipio de Toledo y una ceremonia religiosa y evento cultural en el Puente Pescadero. 

El acto en El Puente Pescadero se inicio con una misa Católica por las cientos de victimas que han sido arrojadas desde este puente hacia el río, vivas y muertas, además por las familias de las victimas que están aún desaparecidas, de los asesinatos y las familias desplazadas por el conflicto armado. El Puente Pesacadero una obra que representaría "Desarrollo" es el icono por un lado de la violencia armada y su crudeza en la zona y por el otro el icono de la destrucción que provoca la obra más grande del país, el sitio de parada obligado para dimensionar la inmensidad del  Cañón del Río Cauca, es este sitio cargado de historias, de dolores y de alegrías por la integración que genera entre las comunidades del Cañón el que será inundado por Empresas Públicas de Medellín vulnerando el derecho a la memoria, a la verdad y a la no repetición.  Las victimas del conflicto son las mismas victimas de Hidroituango.

Después de terminada la Eucaristía, las víctimas expresaron su sentir, algunos familiares de desaparecidos solicitaron a las  y los asistentes ayuda para continuar con la búsqueda de sus seres queridos.  La estudiante de biologia Natalia Orozco realizo un homenaje a las especies animales del Cañón del Cauca que están siendo también víctimas de Hidroituango.




Resistencia y movilizaciones en comunidades negras de EEUU aumentan después del asesinato de Mike Brown

El 9 de agosto en Ferguson del estado de Missouri, Michael Brown, un joven negro de 18 años, fue asesinado por la policía a pesar de estar desarmado, y de levantar las manos cuando era detenido. Brown estaba en camino a visitar su abuela con un amigo,  la policía los detuvo cuando estos caminaban por la calle. El encuentro intensificó cuando Brown se resistió a ser detenido, e ingresar dentro del auto policial. Como trataban escaparse, la policía disparó a los jóvenes en repetidas ocasiones hasta dar con Brown. Su amigo, Dorian Johnson, dice que la policía continuó disparando aún después de que se dieran vuelta con sus manos levantadas. En los días que siguieron, una multitud de gente se reunió en protesta dónde Brown fue asesinado, y la manifestación se extendió por varias partes de la ciudad durante el fin de semana. Hoy 16 de agosto, el gobernador de Missouri, Jay Nixon, ordenó el estado de emergencia e implementó un toque de queda en la ciudad de Ferguson para frenar las manifestaciones en repudio al asesinato del joven. Siendo criticado en el mismo momento en que se presentaba ante la prensa, donde se escucho el grito de “Queremos justicia”. Hasta unos momentos, los manifestantes aseguraron no respetar el toque de queda. 

La primera fotografía de Brown utilizada para reportar su muerte lo mostraba en la graduación de su escuela. Poco después comenzó a circular otra imagen, donde aparece vistiendo una camisa deportiva y haciendo un signo con sus manos, para asociarlo con estereotipos violentos.

A través de las reacciones populares, la prensa ha a tergiversado los hechos, apuntando que las manifestaciones se trata de negros/as que representan un peligro para la sociedad. Este esfuerzo de las autoridades y los medios de manipular los acontecimientos, es  para quitar la legitimidad de los llamados por el “fin de la violencia hacia jóvenes negros/as”, y la vigilancia de sus comunidades, que se explican en gran parte, por legado histórico del racismo en los EE.UU. De igual forma, se trata de silenciar las voces del pueblo más marginado, que bajo la acción directa, ha tenido la potencialidad política de acrecentar las divisiones de la clase trabajadora estadounidense. Queda claro que esta oleada de protestas, refleja las luchas cotidianas que han  alcanzado su punto máximo hasta este momento. En varias ciudades manifestantes han demostrado su solidaridad levantando las manos, en alusión al gesto de inocencia de Michael Brown antes de ser asesinado, y de los negros/as en general, que viven a diario los golpes mas duros del neoliberalismo: viviendas precarias, recortes a los presupuestos de bienestar y educación pública, aumento en la presencia de la policía, el crecimiento de cárceles, sueldos bajos, entre otros. Todo esto representa un problema de fondo: un sistema que a pesar de haber cambiado su forma, continúa a  explotando, marginando y oprimiendo.

La cuestión que afrontamos hoy, es como las movilizaciones de las comunidades negras pueden desarrollarse en un proyecto más amplio, para recuperar sus barrios, proteger sus hijos y hijas, expulsar la policía y eliminar las raíces históricas de la supremacía blanca. En el proceso, surge la siguiente interrogante; ¿Cómo podemos construir y fortalecer organizaciones sociales para combatir la violencia del Estado, que de paso, fomente el desarrollo del poder popular? Tenemos que construir un movimiento que pueda sobrevivir y crecer más allá de este momento que vivimos, devolviendo el poder a las manos del pueblo.

¡Mike Brown vive, la lucha sigue!

por Lucía Angela Bambace



lunes, 18 de agosto de 2014

Paros cívicos y conflicto social en Colombia

La luna de miel de Santos con los movimientos populares ha comenzado a agotarse. Pasado el entusiasmo en la lucha electoral contra los uribistas y habiendo quedado atrás el momento en que la “paz” parecía ser una tolda en la que cabía todo el mundo, la política de Santos para su segundo período se revela calcada a la del primero: apagar incendios cuando estalla alguna crisis, mamar gallo a la protesta social con negociaciones que no lleven a ninguna solución real, reprimir la protesta legítima y militarizar los territorios, criminalizar a los movimientos populares. Todo esto mientras se sigue avanzando a todo vapor con la locomotora minero-enérgica y la entrega de los recursos naturales del país, con el consecuente despojo en contra de las comunidades. Ya no hay cabida para las vanas ilusiones de sectores de izquierda que, ignorando la naturaleza del santismo, creían que podrían dar un giro “progresista” a la gestión del presidente. Incluso aquellos que se imaginaron en algún cargo burocrático, han visto sus esperanzas destrozadas, al constatar, con la nominación del gabinete, que la mermelada no alcanza para todos.

El encantador de serpientes muestra su cara real, nuevamente; se evidencia la manera en que Santos se burló de los sectores populares para aplacar el descontento acumulado contra su gestión y garantizar un clima de gobernabilidad conducente a su re-elección. Los dirigentes de la Cumbre Agraria ya han protestado que el gobierno no les cumplió nada de lo prometido cuando se desactivó el paro agrario de finales de Abril y principios de Mayo, y amenazan nuevamente con salir a la calle [1]. Pero Santos ya ganó su re-elección así que podrá reprimir tranquilo, todo lo que quiera, sin mayores consecuencias políticas en lo inmediato.

Sin embargo, pese a las vacilaciones, al desgaste y los equívocos de la dirigencia de izquierda, el pueblo colombiano, con la persistencia de ese viejo topo que mencionara Marx, sigue socavando, de manera casi imperceptible, las bases del régimen. Es la dinámica misma de la lucha de clases, no la política de aparatos en la estratosfera, la que va iluminando los caminos para forjar una alternativa popular, libertaria, en la actual coyuntura. Los paros cívicos que han sacudido al Putumayo, al Pacífico nariñense y caucano, a la Guajira y al Urabá, son síntomas visibles de este malestar profundo que recorre al país desde la periferia, que se expresa en una resistencia multiforme, tenaz, valiente y creativa.

Urabá
En esta región se vivió un paro de trabajadores bananeros y platanicultores del 4 de Agosto al día 6, convocados por Dignidad Platanera, entre otras cosas, por la reducción del pago de la caja de plátano de 9 a 8 dólares, situación económica que se agravó por el vendaval de Julio que afectó 5.000 hectáreas de plátanos. Como si eso fuera poco, empresas comercializadoras multinacionales como Unibán y Banacol no han pagado a 5.000 productores, a algunos hace incluso 11 semanas, adeudando un total de $2.200.000.000. Todo lo cual se suma a una situación de abandono absoluto de la región y la falta de servicios básicos como la electricidad[2] (ver Apéndice 1).

El bloqueo de miles de personas en protesta finalmente logró hacer que el gobierno decretara la emergencia, así como algunos paliativos, subsidios y apoyos económicos con los cuales mantener a flote el sector en medio de la crisis[3]. También lograron que los pulpos de Banacol se comprometieran a pagar ¾ partes de lo adeudado para poner fin a la protesta, comprometiéndose a pagar el resto en un plazo de tres meses[4]. Sin embargo, el precio que tuvo que pagar el pueblo urabeño para lograr esta victoria parcial fue altísimo: 24 heridos, 14 de ellos por impacto de bala (entre ellos cuatro menores de edad), y un joven de 23 años, muerto de un disparo al tórax, en el corregimiento de Currulao (Mutatá), así como 23 capturados que han quedado en libertad como parte del acuerdo de levantamiento del paro[5].

Pacífico (Nariño y Cauca)
En ocho municipios del Pacífico de Nariño (El Charco, La Tola, Olaya Herrera, Santa Bárbara de Iscuandé, Mosquera, Barbacoas, Magüi Payán y Roberto Payán) y tres del Pacífico de Cauca (Guapi, Timbiquí y López de Micay), con epicentro en Iscuandé, se viene desarrollando desde el 10 de Agosto un paro cívico convocado por las organizaciones afrodescendientes y campesinas, cuyo principal eje articulador ha sido exigir que se investigue y sancione a las autoridades corruptas. Pero el movimiento no solamente denuncia la corrupción estructural del aparato estatal, sino que además ofrece como salida la asamblea nacional constituyente y la creación de mecanismos de democracia directa y participativa que permitan una fiscalización permanente de la comunidad hacia las autoridades. Llaman también la atención y exigen respuesta a la situación social calamitosa de esos municipios en temas como salud, infraestructura, vivienda y educación. Por último, también el movimiento exige la paz con justicia social, un fin a la militarización de estos municipios, cese al fuego bilateral y protestan contra la presencia de multinacionales en sus territorios (ver Apéndice 2). Unas 240.000 personas se han sumado a este movimiento que ha paralizado totalmente la Costa Pacífico en estos departamentos[6].

Aún cuando todavía no se presentan actos de violencia física contra los manifestantes, medios alternativos señalan que se ha bloqueado de manera premeditada la señal de Internet en esta región para aislar su voz del resto del país[7].

Putumayo
Desde el lunes 11 de Agosto, 52 comunidades y cuatro cabildos indígenas del corredor Puerto Vega-Teteye se han declarado en paro cívico protestando la ampliación de las licencias ambientales para las petroleras a expensas de los derechos de las comunidades, así como la militarización del territorio y la política de erradicación forzada de cultivos ilícitos, que en opinión de las comunidades movilizadas, busca “aburrir al campesino” para desplazarlo y así despojarlo de su tierra para ponerla a disposición de la locomotora minero-energética[8]. La propuesta de las comunidades se resume a tres puntos: derogatoria de la licencia ambiental para las petroleras, fin de las fumigaciones y respeto a los derechos humanos[9] (ver Apéndice 3).

Guajira
En una entrevista con Semana, la pediatra norteamericana Alicia Genisca decía que “la experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía”[10]. La situación de la Guajira es una de las más catastróficas en este panorama: el departamento cuanta con 37.000 niños desnutridos, siendo este un problema de carácter crónico; 30% de los niños menores de 5 años están desnutridos y mueren dos niños al día por falta de atención, deshidratación o hambre. Es decir, por pura pobreza. Y lo peor es que aún estas alarmantes cifras son un subregistro: el mismo reportaje de Semana cuenta el caso de un wayú, Francisco Uriana, que ha perdido cinco hijos por física hambre y no ha reportado ninguno a las autoridades por las dificultades que existen para movilizarse desde las zonas rurales[11]. Como él, hay miles de casos.

La reciente sequía, que causó la muerte de 23.000 cabezas de ganado, ha vuelto explosiva la crisis permanente en que vive ese departamento. Pero esta crisis ambiental es expresión de la profunda desigualdad, la falta de acceso a recursos o a infraestructura adecuada, así como el impacto a largo plazo, ambiental y socio-económico que ha tenido la megaminería, particularmente la explotación carbonífera en la región, donde están las explotaciones del Cerrejón. Esto motivó que desde el 11 hasta el 12 de Agosto miles de guajiros se declararan en paro cívico exigiendo que se atendieran sus demandas: mejoras en la provisión de servicios e infraestructura, que el 20% de las regalías que genera el departamento se queden para financiar la inversión social, apoyo a proyectos productivos sostenibles –principalmente de carácter agropecuario y turístico-, mayor planificación en la utilización de los recursos naturales y creación de un fondo especial para pagar la deuda social del gobierno con el departamento[12] (ver Apéndice 4).

SEGUIR LEYENDO: http://www.anarkismo.net/article/27270

sábado, 16 de agosto de 2014

Vendedores informales se manifiestaron en el centro de Medellín

Una vez más, el centro de la ciudad fue escenario de movilizaciones protagonizadas por los trabajadores ambulantes. En esta ocasión, en la mañana del 14 de agosto llenaron las calles para exigir soluciones reales de empleo. Dos personas resultaron detenidas.
"Desde que apareció Espacio Público viene esta situación. Nos mueven a la fuerza, llega la Policía y el Esmad y nos agreden. Lo peor es que ellos saben que en el centro hay delincuencia y sobre eso no actúan" aseguró Diana Londoño, propietaria de un puesto movil de dulces, ubicado en el cruce de Junin con La Playa, corazón de la que a sido llamada" la ciudad más innovadora del mundo. 

Londoño se refiere a la Sub-Secretaría de Espacio Público y su plan de intervención en el centro, proyectado en julio de 2012 en reunión entre el entonces jefe de esa cartera, Gabriel Jaime González y 700 funcionarios públicos quienes plntearon un proyecto de recuperación del centro bajo la idea de descongestionar distintos sectores con operativos de levantamiento de las mercancías. González aseguró entonces que "la premisa de estos operativos, que en ocasiones resultan violentos, es que “sean muy dignos y sin necesidad de recurrir a la fuerza”. 

Hechos
A las 11:30 de la mañana hizo presencia el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) en el lugar de la manifestación para reprimir la movilización. El saldo de la jornada fue de 2 manifestantes capturados según aseveró el secretario de Seguridad de Medellín, coronel (r) Sergio Vargas Colmenares, "la intervención del  Esmad de la Policía fue necesaria para levantar el bloqueo".

Por su parte Lucía Benítez, también vendedora y afectada, condenó las acciones de Espacio Público: "nos persiguen pero no nos dan opciones. He ido muchas veces a pedir trabajo, haciendo filas muy largas y no me dan soluciones. Además es gente del mismo barrio de uno, el vecino se convierte en el que viene a quitarle la supervivencia".

El cierre del bazar de Los Puentes
 
La situación de los trabajadores informales se agudizó luego del desplazamiento motivado por el cierre del punto de concentración de ventas ambulantes más importante del centro de Medellín, el bazar de Los Puentes, desición que según el secretario de Gobierno Wilson López obedeció a operativos adelantados contra el microtráfico. "Por lo menos 60 de esos locales estaban vinculados con actividades ilícitas", indicó López. 

Sin embargo, el pasado 16 de junio uno de los afectados por la medida, José Ramírez, mencionó a Colombia Informa luego del desalojo: "llevo tres años sobrviviendo de la venta de zapatos y ropa usada, nunca he tenido nada que ver con los que venden la droga. La Policía sabe quienes son pero no hacen nada, solo agreden a la gente que trabaja honrradamente"




lunes, 11 de agosto de 2014

[Vídeo] Exarchia, el barrio anarquista de Atenas

Existen muchas representaciones distintas de Exarcheia según de donde venga el retrato: periodismo, televisión, blogs. Todas ellas son meras representaciones, lo escrito no es falso ni es verdadero. Crónicas exageradas, oraciones sin asidero en la realidad, exotismo. En la derechista Atenas el districto de Exarcheia es considerado un pedazo del infierno, del cual es mejor mantenerse alejado, mientras que el resto de Grecia y los medios internacionales describen al área como una zona fuera de la ley, una tierra de nadie “tomada por encapuchados anarquistas”, un lugar donde ni siquiera la policía se anima a entrar. Es un lugar que da miedo. Según estos reportes ingenuos la policía ni siquiera se anima a multar a la gente por miedo a ser asesinados.
Por el otro lado existen reportes que hablan de una lugar idílico, un ejemplo de experiencia anarquista, progresista y humanista lista para ser exportada al mundo. Exarcheia ofrece todo esto – casas tomadas, cafés turísticos, almacenes, cafés burgueses de la Belle Epoque, murales y vagabundos, inmigrantes, empleados, estudiantes, punks. El barrio es mayormente residencial, con restoranes y librerías, estudios de diseño gráfico, disquerías y tiendas que venden cómics. Si uno habla de clases, podria decirse que en Exaerchia no vive tanto la clase trabajadora, sino la clase media de Atenas.
Fundado a finales del siglo diecinueve, Exaerchia se ha convertido en un lugar de referencia para la izquierda radical y progresista, especialmente después de 1973, cuando en la noche del 17 de noviembre de ese año tres tanques AMX 30 atravesaron las puertas de la Universidad Politécnica, por órden del Coronel Papadopoulous, matando estudiantes, trabajadores y ciudadanos que habían tomado la universidad protestando contra la junta militar que gobernó el país entre 1967 y 1974. El origen de muchos movimientos anarquistas, anti-autoritarios y anti-militaristas contemporaneos se puede rastrear en esas luchas.

Las marchas conmemorativas, los choques con la policía y los mártires de la violencia represiva han producido una fuerte memoria colectiva en el barrio, que se apoya principlamente en dos víctimas muy jóvenes de la violencia estatal. En 1985 Michalis Kaltezas murió durante una protesta. Kaltezas, de quince años, no pudo correr más rápido que las balas del oficial Melistas. En el invierno de 2008, otro adolescente, Alexis Grigoropoulos, fue asesinado a tiros por el agente especial Korkoneas. 


domingo, 10 de agosto de 2014

[Libro] El lenguaje libertario - Christian Ferrer

Antología del pensamiento anarquista contemporáneo. Compliado por Christian Ferrer. Editado en 2005.

Contenido:
Sobre los libertarios. Christian Ferrer
Las redes del poder. Michel Foucault
Libertad, desventura, innombrable. Pierre Clastres
Teoría del simpoder. Fernando Savater
El Estado como paradigma de poder. Eduardo Colombo
Poder, autoridad, dominio: una propuesta de definición. Amedeo Bertolo
Adiós a la revolución. Tomás Ibáñez
Postdata sobre las sociedades de control. Gilles Deleuze
Instituido, instituyente, contrainstitucional. René Lourau
Poder, política, autonomía. Cornelius Castoriadis
Estado y máquina de guerra. Gilles Deleuze
Ecología de la libertad. Murray Bookchin
¿Qué es el Estado? Agustín García Calvo
Apuntes sobre el anarquismo. Noam Chomsky
Las estructuras de la libertad. Jacques Ellul
Omnes et singulatim: hacia una crítica de la “razón política”. Michel Foucault


DESCARGA EL LIBRO:
http://argentina.indymedia.org/uploads/2011/05/el_lenguaje_libertario.pdf

viernes, 8 de agosto de 2014

EL MAYOR GESTO DE SOLIDARIDAD CON LA GUAJIRA: EXIGIR QUE EL CERREJÓN SUSPENDA SU ACTIVIDAD DURANTE LA SEQUÍA

Mientras los territorios de las comunidades sufren problemas de sequía, la empresa gasta cerca de 17 millones de litros de agua al día [1] en su proceso de explotación carbonífera.
Entre tanto, cada persona en la Guajira sólo tiene acceso a 0.7 litros de agua al día. Por eso las comunidades exigen que se suspenda la actividad del Cerrejón en esta temporada de sequía y se privilegie el derecho humano al agua.Estas y otras reivindicaciones se socializarán durante las jornadas por la vida que se desarrolla este fin de semana en La Guajira. Amén de la solidaridad que ha generado la crisis ambiental en la región, es necesario que el país le exija al Cerrejón que deje de gastar de manera desmesurada el agua de las comunidades.

Desde hace más de 30 años, las comunidades indígenas y afrocolombianas ancestralmente asentadas en el departamento de La Guajira (Colombia), están obligadas a convivir con las graves consecuencias de la explotación minera de una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes del mundo, el Cerrejón.

Más de 69.000 Hectáreas del territorio en el sur de La Guajira son propiedad de la empresa transnacional y con lo cual se confina a las comunidades en territorios reducidos que amenazan su sobrevivencia. La explotación carbonífera abrió un cráter enorme en esta región; expertos señalan que por cada millón de tonelada de carbón explotado, quedan aproximadamente 10 millones de toneladas de desechos en los territorios; es decir que de los 34,6 millones de toneladas de carbón producidas en el 2012, la empresa Cerrejón generó alrededor de 340 millones de toneladas de desechos como tierra estéril.

Mientras los territorios de las comunidades sufren problemas de sequía, la empresa gasta cerca de 17 millones de litros de agua al día [1] en su proceso de explotación carbonífera que funciona las 24 horas y que ha producido una permanente contaminación del aire, suelo y agua. Estas afectaciones han generado daños acumulados en los territorios y han causado múltiples enfermedades en las comunidades que sufren su impacto.

La falta de regulación adecuada de la industria extractiva en Colombia, una institucionalidad orientada más hacia la protección de los intereses económicos que de los derechos de las comunidades y el alto grado de impunidad de las violaciones a los derechos constituyen grandes obstáculos en el acceso a la justicia.

La consulta previa, libre e informada, derecho fundamental de las comunidades, es ignorada por Estado y las empresas, que ven en ella un obstáculo para sus intereses y buscan reducirla a un mero trámite de legitimación de éstos. Así se evidenció en 2012, en el caso del proyecto P-500 que pretende desviar el Río Ranchería, principal río del departamento. Aquí el Cerrejón y el Estado colombiano adelantaban trámites obteniendo firmas de las comunidades a cambio de alambres de púas, hilazas, motores fuera de borda y chivos[2].

Por la gravedad de la situación comunidades indígenas han decidido realizar procesos propios e independientes de consulta autónoma y con ello incorporar una reflexión sobre todos los aspectos que afectan la vida colectiva, la permanencia en el territorio y la sobrevivencia para las actuales y futuras generaciones: “No vamos a aceptar trámites engañosos que ellos llaman consulta para responder de que sí nos pueden cortar la cabeza. El río es nuestro cuerpo, nuestra sangre, nuestro ser.”

Frente a temas como la irreversibilidad de los daños, el desvío del poder a favor de los intereses empresariales, la evidente devastación ambiental y los daños culturales, sociales y territoriales en La Guajira, las comunidades promueven:

JUEVES, 7 de agosto: Tribunal: Agresión minera al territorio con acompañamiento de jueces nacionales e internacionales para visibilizar los daños acumulados generados por la empresa del Cerrejón.
VIERNES, 8 de agosto: Recorridos por los sitios sagrados que se han visto agredidos por la explotación minera.
SÁBADO, 9 de agosto: Dos jornadas de consulta autónoma de las comunidades wayúu de Provincial y Tamaquitos II sobre la expansión carbonífera.
SÁBADO, 9 de agosto: Conmemoración de los 13 años de impunidad del desalojo de la comunidad afrocolombiana de Tabaco.

Estas actividades tendrán lugar en el marco del debate nacional por la sequía, donde se hace indispensable que la sociedad se concientice de la relación entre este fenómeno climático y las actividades extractivas

Objetivos
Ofrecer a las comunidades afectadas, un espacio de denuncia por los daños de la minería de carbón en La Guajira.
Promover la reflexión y análisis en el país sobre las responsabilidades de los estados y las empresas en la generación de conflictos socioambientales y en la violación de derechos humanos asociadas a la minería. Contribuir al fortalecimiento del movimiento social y de su autonomía en la defensa y protección de los territorios.

Convocan
Resguardo Indígena Wayúu de Provincial

Comunidad de Tamaquitos II
Resguardo Indígena Wayúu Cerrohatonuevo
Asociación de Autoridades y Cabildos Indígenas Wayúu del Sur de La Guajira (AACIWASUG)
Junta Social de Pro-Reubicación de Tabaco
Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo
Censat Agua Viva




martes, 5 de agosto de 2014

203 libros en castellano del anarquismo latinoamericano del siglo XXI

Por: El libertario.

Hemos creído indispensable resaltar uno de los rasgos más patentes del resurgimiento del ideal ácrata en nuestro continente, sobre el cual quizá ni siquiera l@s anarquistas hemos caído en cuenta de su alcance: la reaparición de una nutrida producción bibliográfica con orientación y/o énfasis en lo libertario escrita desde estas tierras en los últimos tiempos. No se trata sólo de obras que recuperan la memoria y legado del anarquismo “histórico” (S. XIX y 1ª mitad del S. XX). Además de ello, tenemos la revitalizada reflexión sobre el presente y futuro de nuestra acción por transformar las circunstancias de opresión, desigualdad e injusticia en donde nos toca desenvolvernos.

Como un aporte para enfrentar tantas limitaciones que obstaculizan el conocimiento y difusión de la nueva bibliografía anarquista latinoamericana, que a veces se desconoce aún dentro de los propios medios libertarios, estimamos conveniente elaborar y divulgar esta suerte de sencillo catálogo donde se expone información básica que hemos podido recoger para cada título. Nos orientamos por los siguientes criterios para anotar documentos en la lista:
-         -  textos en castellano accesibles en impreso y/o vía internet;
-        -  difundidos originalmente a partir del año 2000 y hasta mediados de 2014;
-        -  con más de 40 páginas de extensión;
-       -  autor o autores latinoamerican@s de origen, residencia o en relación continuada con el continente;
-   -  cuando se trate de compilaciones con documentación histórica, que estén acompañadas de análisis o estudios interpretativos amplios y de reciente data;
-    - en repertorios de artículos de distintos autores, que al menos varios de ellos cumplan con el criterio de origen antes indicado;
-    - en concordancia con estas pautas, no incluiremos aquí textos que son exclusivamente reimpresiones de obras anarquistas de los siglos XIX y XX.

De ningún modo pretendemos asomar lo aquí recopilado como un arqueo exhaustivo o definitivo, pues la aspiración es proporcionar una referencia previa para incentivar la lectura de estos u otros materiales parecidos, lo que sin duda promoverá el conocimiento e interés sobre el anarquismo en el continente.

PARA VER CATALOGO:

La solución final en Palestina

“Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién.”
(George Orwell, “La Granja de los Animales”)

En medio de semejante barbarie que una vez más nos toca presenciar en Gaza, no falta quien ha comparado al régimen de Israel con el Apartheid en Sudáfrica. La comparación, sin embargo, se queda corta. Ni siquiera el racismo estructural sudafricano alcanza el nivel de brutalidad tan sistemática que hoy deben soportar los palestinos. Algunos autores han comparado a Gaza con un ghetto, las prisiones a campo abierto en que los nazis confinaban a los judíos en Europa, y a su resistencia con la resistencia del Ghetto de Varsovia en 1943[1]. El escritor colombiano, Antonio Caballero, describe a Cisjordania “como un archipiélago de ghettos encerrados por muros levantados por Israel y carreteras custodiadas por retenes militares israelíes que sirven para comunicar las docenas de asentamientos de colonos judíos instalados en tierra palestina y, a la vez, para incomunicar las comunidades palestinas”[2]. El intelectual israelí Ilan Pappe también está de acuerdo en que la política israelí busca converitr las comunidades palestinas en ghettos físicamente separados[3]. La situación de los palestinos que viven y trabajan en Israel no es mucho mejor: cientos han sido detenidos desde que comenzó la ofensiva[4]; otros han sido víctimas de auténticos pogromos[5] montados por israelíes recalcitrantes en contra de la población árabe que disfruta, a golpes y escupitajos, las mieles de semejante “democracia”. En una moderna versión de la eugenesia, grupos israelíes como Lehava y Hemla se han formado para impedir que los judíos se mezclen con árabes y hasta reciben financiamiento del Estado para mantener las “razas” separadas[6]. Israel constantemente humilla, trata de despojar de dignidad a los palestinos y desbordarlos con su supuesta omnipotencia militar, para que crean que la resistencia es inútil. Pero la resistencia es el último bastión de la dignidad. La resistencia palestina, por todos los medios, armada y desarmada, es la que demuestra la humanidad que jamás los colonizadores sionistas lograrán arrebatar a ese pueblo bravo.

Un general israelí, Moshe Dayan, alguna vez dijo que “Israel debe ser como un perro rabioso, demasiado peligroso como para ser molestado”. Son verdaderamente como perros hidrofóbicos: un soldado israelí escribía en su cuenta de facebook “Hoy he matado a 13 niños palestinos” y luego lanzaba improperios en contra de los musulmanes[7]. ¡Esos son los valores que se inculcan en esa “democracia ejemplar”! –ejemplar según EEUU. Quienes se jactan, de manera cuestionable, de ser la “única democracia del Medio Oriente”, paradójicamente, han declarado la guerra al único gobierno democráticamente elegido en la región: el gobierno de Hamas en Palestina, hoy confinado a Gaza por la fuerza militar y el colaboracionismo del partido rival palestino, Fatah, puesto ilegalmente en el poder por Israel y EEUU. Mientras, civiles israelíes se agrupan en los montes cercanos para celebrar, con champaña y abrazos cada bomba que cae encima de Gaza[8]; otros van a las protestas contra la guerra a cantar que “ya no necesitan escuelas en Gaza porque no les dejaremos niños vivos”[9]. Desean la limpieza étnica, se les inculca que ellos son los “elegidos” y que nadie más puede pisar ese suelo que arrebataron a sangre y fuego en 1948. La bancarrota moral del Estado de Israel es que lo único que mantiene unido a ese pueblo es el odio.

Unos 1400 palestinos han muerto en esta ofensiva y más del 70% de ellos no son combatientes. Unos 300 son, de hecho, niños. Masacrados en medio del bombardeo, la metralla, las bombas “inteligentes” y las de racimo, así como esa temible y prohibida arma química, el fósforo blanco[10]. Un funcionario de Unicef describe el panorama dantesco: "Niños son asesinados, heridos, mutilados, quemados, además de estar totalmente horrorizados"[11]. Y la civilizada Europa, como si nada. Miles se manifiestan en las calles en solidaridad con Palestina y los gobernantes europeos, cruzados de brazos, asisten al genocidio sin inmutarse. Navi Pillay, alta comisionada de Derechos Humanos para la ONU ha expresado que los ataques contra viviendas, escuelas y hospitales, así como todas las violaciones contra el Derecho Internacional Humanitario de Israel, han sido totalmente deliberados. ¿Acaso no? El perro rabioso y peligroso del Medio Oriente tiene un amo que lo protege de quien sea. De no ser por la protección incondicional de EEUU y de la Unión Europea, Israel no sería capaz de hacer una décima parte de las atrocidades que realiza impunemente. EEUU, mientras tanto, sigue enviando municiones y cargas de mortero para alimentar esta masacre[12]. 

Benjamín Netanyahu dijo que el ejército está dispuesto a llegar hasta el final en esta operación[13]. Oficialmente, el “final” significa acabar con los túneles mediante los cuales los prisioneros del ghetto de Gaza pueden obtener alimentos, medicinas y todas esas cosas que les están vedadas por el bloqueo medieval que sufren por parte de Israel, con el respaldo europeo, norteamericano y egipcio. Significa cortar las venas con las cuales Gaza aún puede palpitar, estable en su gravedad, y acelerar la muerte lenta de esta comunidad de cerca de dos millones de seres humanos por hambre, por enfermedad, por sed. Parece que Israel está tomándose muy en serio la aplicación de la “Solución Final” al “problema palestino”. La Parlamentaria del partido “Hogar Judío”, Ayelet Shaked llamaba abiertamente al genocidio y la limpieza étnica, al incitar a los soldados a asesinar a las madres palestinas para que no siguieran reproduciendo víboras[14]. En su método de opresión a los palestinos, Israel se asemeja cada día más a la bestia nazi-fascista. Como en la “Granja de los Animales”, al final, cuando miremos a la opresión sionista y a la opresión fascista, con la perspectiva histórica, resultará imposible distinguir la una de la otra.

domingo, 3 de agosto de 2014

La esquizofrenia de Santos: negociación y confrontación

“Esa es la locura de este país: tiene la sofisticación de Alemania y la violencia de Congo. La combinación es insólita. Por ejemplo: en este país se adelanta una negociación mientras se mantiene el combate y los de las Farc son condenados mientras se mantienen negociando. Eso no ha ocurrido en ningún lado. ” [1]
(Luis Moreno Ocampo, 28 de Julio, 2014)

"Están jugando con candela y este proceso puede terminar", fue la advertencia que hizo ayer el “presidente de la paz” en contra de las FARC-EP a raíz del reciente atentado que dejó al principal puerto del país, Buenaventura, en penumbras, afectando los negocios multimillonarios de sus amigotes empresarios. Que nadie se llame a engaños: aunque tenga la población civil a flor de labios, lo que realmente preocupa al presidente es el bolsillo de su clase social. Esta advertencia la hizo en Palmira (Valle) durante un acto conmemorativo de Manuelita, uno de esos ingenios azucareros que han esclavizado durante siglo y medio a los corteros, y llamó a sofocar las protestas de éstos mediante la bota militar durante la huelga del 2008. Difícilmente el escenario podía ser más apto para estas declaraciones. "Sabía desde el principio que iba a ser difícil explicar, por qué es que hablan ustedes en La Habana de paz y siguen en guerra”, remató Santos [2] .


Aunque uno está acostumbrado a declaraciones cínicas por parte de los politiqueros colombianos de toda laya, reconozco que estas declaraciones me parecen extraordinariamente irresponsables. No se trata ya de que Santos tenga tal cara dura que parece que la tuviera cubierta de callosidades. Estamos ante un cuadro más complejo: parece que Santos sufre de una personalidad verdaderamente esquizofrénica. Existe una disociación profunda en su comportamiento en lo relativo a la paz y su percepción de la realidad parece totalmente alterada.

Primero que nada, porque mientras lamenta amargamente los golpes de la insurgencia a este centro nervioso de la oligarquía transnacionalizada, puerto totalmente (para)militarizado, le parece perfectamente normal el escalamiento de las agresiones militares contra la población civil en Bolívar, Meta, Antioquia y, sobretodo, en el Catatumbo. Segundo, porque hace una pregunta sorprendente a los guerrilleros: “por qué es que hablan ustedes en La Habana de paz y siguen en guerra”. Esto se le puede responder fácilmente. Hablan de paz en La Habana porque hicieron un acuerdo de negociación para la superación del conflicto social y armado con su merced. Y siguen en guerra en Colombia, precisamente porque su merced ha insistido en que no habrá cese al fuego bilateral mientras no se firme el acuerdo de paz. Realmente Santos tiene o mucha esquizofrenia o muy mala memoria: es precisamente él quien ha puesto estas condiciones a los insurgentes. Condiciones por lo demás insólitas, nunca vistas en ninguna otra parte, según el fiscal de la Corte Penal Internacional Luis Carlos Ocampo, quien además llamó a esta situación una “locura”. Esquizofrenia diría yo, para ser un poco más preciso.

Santos tal vez no se ha enterado desde su torre de marfil en el norte de Bogotá, pero las FARC-EP son un movimiento guerrillero en un conflicto de carácter irregular. Como tal, los ataques a la infraestructura son un aspecto esencial de este tipo de confrontación asimétrica y esto no es exclusivo de los guerrilleros colombianos, sino un hecho universal. Ellos no han cambiado su modus operandi desde el inicio de las negociaciones así que no sabemos por qué la sorpresa. Sorpresa que es cinismo cuando en más de una ocasión este movimiento guerrillero ha planteado la necesidad de una tregua bilateral y ha decretado, de manera unilateral, en múltiples ocasiones, cese al fuego –ocasiones aprovechada por el Ejército para redoblar la presión militar de manera cobarde. Santos, en vez de amenazar, irresponsablemente con terminar las negociaciones sencillamente porque las FARC-EP están respetando las reglas del juego que él mismo impuso,debería preguntarse si la negociación de paz es sostenible en las condiciones actualmente planteadas. 


El encantador de serpientes debería decidir su posición: o se sigue negociando en medio de la confrontación, y entonces debe asumir las consecuencias de esta torpe decisión, o se decreta un cese al fuego bilateral, y entonces debe tener capacidad para enfrentar las presiones de Washington y del bloque militar-terrateniente-mafioso. Decida lo que decida, lo importante es que Santos deje de exhibir un comportamiento esquizofrénico y asuma las consecuencias de sus acciones. El tema de fondo es que negociar en medio de la confrontación, más aún cuando el gobierno también rechaza adoptar medidas para la “humanización del conflicto”, se demuestra hoy más que nunca como un absurdo. No hay peor enemigo hoy para el proceso de negociación que la dinámica del enfrentamiento. Hoy el tema real no es que la insurgencia pise el acelerador a fin de lograr la paz exprés, como pretenden algunos vividores de las industrias de la guerra y de la paz, sino exigir un cese inmediato de las hostilidades para generar un ambiente propicio para que las negociaciones avancen con el menor ruido posible. Cualquier persona con dos dedos de frente se da cuenta de ello. A lo mejor después de las elecciones, el “presidente de la paz” ya no tiene ningún interés objetivo en las negociaciones y sencillamente está preparando el terreno para patear la mesa. Los dientes ya los viene mostrando, desde hace rato. Allá los que quieran hacerse falsas ilusiones, pero hoy lo único que puede salvar el proceso es la presión popular porque dudo mucho que el gobierno de un paso de esta magnitud por propia voluntad.